BUENAS PRÁCTICAS EN LA RECOLECCIÓN DE CÍTRICOS

La recolección es un momento fundamental en el proceso de producción y comercialización de cítricos. Y es por ello que es importante seguir unas buenas prácticas, para mantener la calidad de la fruta y evitar problemas post-cosecha.

 

En el momento de la recolección, la fruta es separada del árbol para pasar después de un proceso de manipulación y transporte al consumo. Este proceso tiene una gran importancia ya que afectará de una forma crítica a la calidad final de la fruta que los consumidores comprarán.

De todo este proceso que hemos descrito, el momento más delicado será la recolección ya que  es cuando la fruta está expuesta  a mayores  peligros que pueden condicionar la calidad final del fruto.

La mayor parte de los podridos que se ven en los almacenes citrícolas y que en muchos casos llegan a los clientes de estos, son debidos mayoritariamente a los daños producidos durante la recolección. Por lo que conseguir reducir los daños durante la cosecha, repercutirá en un importante descenso de estos podridos.

Hay que tener en cuenta, que el coste final de producción de la fruta es el mismo independientemente de que ésta esté bien recolectada o no, ya que toda la fruta tendrá un coste de producción, recolección, transporte y de manipulación. Por lo que toda aquella fruta que tenga una deficiencia en calidad y tenga que ser apartada en las mesas de destrío, no proporcionará ningún ingreso económico a la empresa, mientras que sí que habrá supuesto un coste.

Para conseguir una mejor calidad del cítrico se deberían seguir los siguientes consejos:

No recolectar la fruta mojada o húmeda.

Es importante que la recolección no empiece hasta que la fruta está completamente seca y no quede signos de humedad sobre la piel de la fruta.

Cuando la piel está mojada es más fácil marcar los dedos en el momento de la recolección, ya que la humedad reblandece la piel.

Cuando ha habido un periodo prolongado de lluvia, si es posible, se debería esperar un tiempo antes de volver a recolectar para poder detectar frutos afectados por el hongo Phytophthora, ya que al principio es difícil detectarlo y el peligro que tiene este hongo es que puede transmitirse a otros frutos sanos por contacto sin que haya ninguna herida.

Otro problema de la recolección con la fruta mojada es que las glándulas oleíferas estén más repletas, por lo que cualquier golpe produce la rotura de estas glándulas y la salida del aceite esencial, aumentando así la probabilidad de entrada de patógenos.

No recolectar la fruta a tirón.

Es muy habitual en algunos países realizar la recolección a tirón, es decir arrancar la fruta del árbol con un ligero giro y estirando de la fruta. El gran problema que supone el utilizar este sistema de recolección  es la rotura de los tejidos del albedo, más próximos al pedúnculo, por lo que dicha zona se convierte en un punto débil donde se podrán instalar hongos como Botrytis, Phomopsis, Diplodia, Phytophthora, entre otros.

Otra de las consecuencias de recolectar a tirón es la conservación de la fruta en cámara, ya que una fruta bien recolectada podrá mantenerse en buenas condiciones durante mucho más tiempo.

En muchos casos, cuando se recolecta a tirón, no solo se arranca el cáliz, sino que muchas veces podemos ver que se ha arranciado una parte importante de la piel, convirtiendo a esta fruta en destrío directo.

Por ello la utilización de unos alicates específicos para no dañar la fruta ya es una práctica habitual en la mayoría de almacenes citrícolas, debido a que estas empresas ya han comprobado con sus pérdidas las consecuencias de la recolección a tirón.

Las características del alicate son muy importantes, ya que la utilización de una herramienta no adecuada puede causar un importante número de heridas en la piel de la fruta que pueden convertirse en podrido más pronto o más tarde.

Por ello el alicate debe tener las puntas curvadas y redondeadas para evitar pinchazos, i un realce en la contra-hoja para que no raspen la piel de la fruta.

También es importante cortar el pedúnculo lo más corto posible, para evitar que estos puedan pinchar a otras frutas durante la manipulación y transporte.

Evitar producir heridas

Durante la recolección, tal y como se ha dicho anteriormente, es donde más se puede incidir en una pérdida de calidad de la fruta. Por ello es importante cumplir ciertas prácticas para no producir lesiones al fruto que más tarde se convertirán en podrido debido a la entrada de algunos tipos de hongos como son el Penicillium o el Geotrichum.

Algunas de las acciones que pueden provocar heridas en el fruto y que se deberían evitar son los siguientes:

  • Tirar los frutos al recipiente de cosecha desde una cierta altura. Lo aconsejable es dejar el fruto lo más cercano a este recipiente. También se aconseja poner un fondo de espuma para amortiguar.

  • Volcar la fruta desde el recipiente de recolección hasta las cajas de transporte sin el debido cuidado.
  • No clavar las uñas o apretar demasiado la fruta en el momento de la recolección.

No agarrar los frutos del suelo

Los frutos que hay en el suelo, sobre todo los que están afectados por algún tipo de podredumbre no deben ser recolectados ya que estos pueden afectar de forma aumentada a los frutos sanos.

También hay que tener en cuenta que los frutos que hay en el suelo, por lo menos han recibido un impacto al caer, los tejidos estarán más débiles y tienen contacto con los hongos que hay en el suelo; por lo que tendrán una probabilidad muy grande de podrirse.

Transporte de la fruta desde el campo al almacén

La fruta se debe proteger de la lluvia y el sol, por lo que se recomienda transportarla lo antes posible al almacén.

La persona responsable de la carga debe tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • La altura de la fruta dentro de las cajas no debe superar la altura de esta, ya que al cargar unas cajas sobre otras se aplastaría la fruta.
  • Si se deja el pedúnculo de la fruta largo, debido a los baches y golpes que recibe la fruta durante el transporte, se pincharían unas frutas con otras.
  • La fruta debe estar bien sujeta durante el transporte y nunca se debe fijar las cajas sobre la propia fruta.
  • La circulación del camión debe ser a una velocidad adecuada para cada tipo de terreno per el que pase. Ya que una velocidad excesiva puede provocar como mínimo que la fruta sufra roces innecesarios.

Todos esto consejos tienen un fin, y es conseguir que la calidad que tiene la fruta en el árbol se pueda mantener durante todo el proceso post-cosecha hasta su comercialización. Ya que ello permitirá sacar una mayor rentabilidad a la producción citrícola.

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La recolección es uno de los momentos más importantes dentro del proceso de producción y comercialización de los cítricos. Por ello, es importante implementar una serie de buenas prácticas que ayuden a mantener la calidad que tiene la fruta antes de la recolección.