Uno de los elementos clave, que más influye en la calidad de la recolección, son los alicates elegidos para separar la fruta del árbol. Y es que las características técnicas de los alicates pueden influir directamente en el porcentaje de fruta podrida.
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la post-cosecha son los podridos que se producen debido a la entrada de las esporas de los hongos, siendo estas responsables de un porcentaje muy elevado de pérdidas económicas.

Entre los diferentes tipos de hongos que afectan a los cítricos, nos encontramos con la familia Penicillium, en sus variantes Penicillium Italicum (Moho azul) y Penicillium Digitatum (Moho verde); siendo estos responsables del mayor porcentaje de podridos que se pueden ver en los almacenes citrícolas.
Una característica fundamental de este tipo de hongo es que se transmite a través de las heridas existentes en la epidermis del fruto. Por ello es fundamental que evitemos producir heridas a la fruta durante todo el proceso de producción y comercialización, ya que de este modo reduciremos drásticamente el porcentaje de podridos.
